Poco después se despertó en una habitación oscura, no recordaba nada. Buscó una puerta, la encontró. Una verja la cubría. Desesperado intentó abrirla, sin éxito. Encerrado.
Quizá había más puertas, buscó. No se equivocaba. Encontró una, la abrió, salió a la calle, al fin. Libre. Apareció en una plaza muy concurrida.
De pronto le dio un pinchazo en la cabeza, cayó de rodillas al suelo, vio algo en su mente: la misma plaza, una explosión, gente muerta.
Mucha gente se acercó a preguntarle si se encontraba bien. No lo estaba, debía sacarlos de allí.
Otro pinchazo. Vio una habitación de cristal en medio de la plaza. Una explosión, la sala intacta. Quizá…
Sí. Se levantó de un salto. Debía llevar a todo el mundo allí dentro, sólo así los salvaría. Corrió y atravesó la puerta de la habitación. Pidió gritando a la gente que que entrara, no le hicieron caso. Pinchazo, la explosión estaba cerca. Lloró y gritó, pero le tomaron por loco. Llegó la explosión, murió todo el mundo. Un cadáver sangriento chocó contra la pared de cristal. Asustado, se desmayó. Poco después se despertó en una habitación oscura, no recordaba nada. Buscó una puerta...