Fernando se sentó en su sillón púrpura y conectó el ordenador. Abrió el documento donde se encontraba la novela que había empezado hacía unos meses y comenzó a escribir.
-Tienes que devolvérmela, no es justo- un hombre de tez morena y pelo castaño acababa de aparecer a su lado.
-No deberías estar aquí
-Puedo venir cuando me de la gana- el hombre cruzó los brazos- además sólo he venido para que me devuelvas a Carol y dejes de causarme tantas desgracias
-No puedo resucitar a tu prometida, la he matado, sabes que no puedo cambiar las cosas.
-Sí, pero su cuerpo nunca se encontró, puedes hacer que haya sobrevivido
-Fue una explosión, no puede haberse salvado
-Puedes hacer lo que quieras, es un libro.
-Si la resucitara, y a ti dejaran de pasarte cosas malas el libro perdería todo su sentido.
-Qué más da, si total, nadie va a leerlo, es malísimo.
-Si es malo es sólo porque tú eres el protagonista- Fernando se levantó y se dirigió a la cocina, cogió una taza de café que había preparado previamente y volvió a su sillón
-No, yo soy el personaje perfecto, sólo que no sabes utilizar mis cualidades.
-¿Qué cualidades?- le dio un sorbo a su café
Michael entornó los ojos en una mueca de odio. Se acercó a Fernando por detrás y leyó lo que estaba escribiendo
-Lo que pasa es que no sabes escribir
Fernando cerró los puños, eso le había dolido. Se levantó bruscamente e intentó pegarle una bofetada a su personaje. Le atravesó sin tocarle.
-Sabes que no puedes hacerme nada- se burló Michael sacándole la lengua
Fernando volvió a sentarse
-¿Qué no qué?- se puso a escribir algo frenéticamente
Michael intentó pararle, pero él tampoco podía tocarle, no se hallaban en el mismo plano.
-No, no, no perdona, no quería decir eso, no lo hagas por favor- de pronto su brazo empezó a sangrar
Michael se acercó a la pantalla y leyó lo que su creador acababa de escribir.
-¿Cortarme con un cuchillo?, ¿te parece normal, idiota?
-Solo es un aviso, sabes el poder que tengo sobre ti- le amenazó Fernando
-Como vuelvas a hacerme algo te juro que convenceré a los personajes de todas tus historias para que vengan a atormentarte. Te seguirán a todas partes, te hablarán todos a la vez, no podrás tener una vida normal, te volverán loco.
-Nunca me has gustado, ¿sabes?- Fernando bebió de su taza.
-Eres un idiota
El escritor cogió aire, tecleó algo tranquilamente, cruzó los brazos sobre su pecho, suspiró y se echó hacia atrás.
Michael cotilleaba los huevos de chocolate que Fernando tenía en la repisa de la chimenea. De pronto se quedó sin aire, se llevó una mano al corazón y empezó a tener convulsiones.
-¿Qué has hecho?- preguntó mientras caía al suelo
-Te acabo de matar de un ataque al corazón- sonrió- estaba harto de ti.
Michael desapareció y Fernando se terminó su caf
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