jueves, 22 de noviembre de 2012

PRIORIDADES

 

Cuando terminó de limpiar se dirigió a la cocina. Dejó los productos de limpieza en una repisa encima de la encimera.
Abrió la nevera, cogió dos botes de potitos y los vació en dos platos. Los posó en la encimera y fue a despertar al bebé. Lo llevó al salón y encendió la tele. Mientras le ponía una película de dibujos, el gato fue a la cocina a beber agua. De pronto olió algo raro, se subió a la encimera a investigar, y de allí saltó a la repisa. Un bote de lejía cayó, se abrió, y derramó su contenido en uno de los platos. El gato volvió a la encimera. Empujó con la cola uno de los platos de potitos, que al estar muy al borde cayó al suelo rompiéndose. La madre oyó el ruido y fue hasta la cocina. Regañó al gato, y  decidió que ya lo limpiaría más tarde. Cogió el palto que quedaba, una cuchara y volvió al salón. Agarró la cuchara, la sumergió en el plato y empezó a dar de comer al niño. Mientras tanto, en la cocina el gato lamía los restos de potitos que habían quedado en el suelo.

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